Saturday, December 30, 2006

 

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ZAPATERO A TUS ZAPATOS

La banda terrorista ETA ha regalado hoy a José Luis Rodríguez Zapatero, grotesco ingenuo que gobierna a España desde la improvisación y la insulsez, el final de una tregua que jamás fue tal, sino más bien un periódo sabático para sus asesinos y matones.
Los asesinos probablemente han acabado con las vidas de dos inocentes inmigrantes y también con las esperanzas de paz de millones de personas de bien.
Además, se han burlado de todo el Estado español al dejar en ridículo a Zapatero, que sólo un día antes, como si le hubiesen avisado para decir lo que más le iba a dejar con el culo al aire, aseguraba que ETA ya no mataba por Navidades.
Las necedades tienen eso. Sobre todo en la era global. Pagan peaje con pocas horas de diferencia.
Una vez más, uno de esos necios que le debemos al señor Zapatero, el inefable Grijelmo, se ha sumado al coro de lor grillos que cantan a la luna.
En la tertulia radiofónica de su novia, en RNE, sin haber pasado más de una hora de la horrible deflagración en el Aeropuerto, Grijelmo proclamaba con desparpajo que él conservaba la esperanza en el mal llamado proceso de paz. Al fin y al cabo, según su conspicuo pensamiento, los etarras habían llamado elegantemente una hora y pico antes y habían tenido la cortesía de no causar más que heridos leves.
El bueno del burgalés con dotes de cantautor y sueños de académico ignoraba a esas horas que dos pobres trabajadores yacían probablemente bajo un amasijo de cascotes derrumbados por el esperanzador explosivo terrorista y no se había parado a pensar que alguien podía haberse quedado a dar una cabezada al resguardo de su vehículo en un aparcamiento convertido en trampa.
Y es que Zapatero se ha rodeado de una corte de los milagros que incluye a bobos ilustrados como el que referimos. Y claro, la bobería, como tantos males, se contagia.
Lo malo es que esa insensatez nos lleva a situaciones como ésta, que nos llevan a darle una vez más un consejo al presidente del sufrido pueblo español: ¡Zapatero a tus zapatos! O lo que es igual, vete a tu pueblo muchacho y deja de darnos lecciones de tontuna.
Por cierto, ¿Y dónde estaba el Rey?

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